Arce común, Arce campestre, Arce menor, Alciro, Bordo común. Originario de gran parte de Europa, Argelia, Asia Menor y Persia. En España se le puede encontrar en la mitad norte desde la Sierra de Guadarrama y la Serranía de Cuenca. Es más raro en Extremadura y Andalucía. Altura hasta 15 m. Diámetro hasta 6 m. Crecimiento: rápido. Forma redon...
Arce común, Arce campestre, Arce menor, Alciro, Bordo común. Originario de gran parte de Europa, Argelia, Asia Menor y Persia. En España se le puede encontrar en la mitad norte desde la Sierra de Guadarrama y la Serranía de Cuenca. Es más raro en Extremadura y Andalucía. Altura hasta 15 m. Diámetro hasta 6 m. Crecimiento: rápido. Forma redondeada. Tiene densas ramificaciones, tronco tortuoso, corteza suberosa y hojas estrelladas, verde opaco por arriba y lanoso por debajo, que se vuelven amarillo ámbar en verano. Hojas: simples, opuestas, caedizas, palmeado-lobuladas, palmeado-hendidas, con 5 lóbulos pubescentes de jóvenes, glabras al madurar, verde por las dos caras, con un largo peciolo. Flores en racimos erectos ramificados, hermafroditas, actinomorfas, coetáneas con las hojas. Cáliz con 4-5 sépalos. Corola con 4-5 pétalos. Estambres generalmente 8. Fruto esquizocarpo disámara, alas abiertas en línea recta. La madera se ha usado en carpinteria y ebanisteria y las hojas se han usado para pienso para el ganado. Madera dura y compacta, muy apreciada en ebanistería. Tiene propiedades medicinales como astringente que se aprovecha para elaborar productos cosmeticos. Las hojas y brotes se emplean también como alimento del ganado. Madera apreciada en ebanistería. Para setos, muros verdes y grandes manchas. Prefiere zonas templadas aunque soporta bien el frío. Desde el nivel del mar hasta los 1.200 metros de altitud. Sol o a media sombra. Muy resistente a la sequedad. Cualquier suelo, aunque prefiere los calizos. Conviene plantarlo al final del jardín para aprovechar su mejor coloración, que se da en otoño. Riego moderado. Resiste las podas aunque no es necesaria. A finales del invierno o en primavera se sanean las ramas secas y dañadas. Llega a perder muchísima savia si se corta fuera de época.
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